Aguantarle la puerta del baño cuando no cierra bien a una compañera, sostenerle el bolso, ofrecerle un cigarro en un momento de ansiedad, dejarle una barra de labios para que se acabe de maquillar antes de salir, escuchar lo que le ha ocurrido trabajando, compartir con ella la única comida que puedes llevarte a la boca ese día… son sólo algunos de los muchos gestos que presenciamos a diario en Metzineres entre quienes participan de nuestro espacio en la calle Luna nº 3 del Raval.
Por eso aquí sabemos que todes, independientemente de la situación por la que estemos pasando o las decisiones que hayamos tomado en la vida, tenemos la capacidad de ayudar y acompañar a nuestras compañeras. Y por este motivo, con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta de que debemos facilitar que cualquiera de las mujeres y personas de género diverso que pasan por nuestro local tengan la oportunidad de ser ellas mismas las que, como cualquier otra profesional, trabajen acompañando a sus iguales.
A esto lo hemos querido llamar ‘engranaje de iguales’, y es uno de los tres ejes en los que se basa nuestro modelo de abordaje. Este eje parte de la base de que son precisamente ellas, las mujeres y personas de género diverso que usan drogas sobreviviendo a múltiples situaciones de vulnerabilidad y violencia, las verdaderas expertas en sus propias realidades. Las que tienen la información más valiosa, debido a su experiencia y recorrido vital, sobre cómo gestionar sus propios problemas.
Sin necesidad de títulos ni bagajes académicos que avalen sus conocimientos, estas mujerxs pueden pasar a formar parte del equipo de trabajadoras de Metzineres encarnando la figura de ‘técnicas comunitarias’. Su capacidad para vincularse con otras mujerxs y crear un efecto contagio, sus estrategias ingeniosas y la rápida identificación de los cambios y tendencias en los contextos más excluidos e inaccesibles hacen que su participación en el equipo se haya vuelto imprescindible.
Y así como las técnicas comunitarias, las enfermeras también son imprescindibles en nuestro proyecto. Lo son porque en Metzineres entendemos que la salud debe abordarse de forma holística. Es decir, teniendo en cuenta todas las variables que atraviesan a las personas y que por tanto son condicionantes de su salud, pues el cuerpo se enferma cuando no tienes casa y pasas noches heladas durmiendo en la calle, cuando no tienes trabajo y se te dificulta conseguir dinero para poder alimentarte bien, cuando no cuentas con vínculos familiares o de amistad...
Por eso, las enfermeras de nuestro equipo, cuando se dedican a acompañar en el consumo de sustancias psicoactivas o cuando curan una herida, también están poniendo el corazón para sanar la herida emocional, están acompañando deseos y necesidades, están tendiendo la mano para tomar la tensión arterial pero también para dar un abrazo y contener un ataque de ansiedad o de pánico.
De tal manera que, aunque sean ellas las 'canalizadoras' del conocimiento técnico (vías de administración, manejo de sobredosis, manejo de preconsumos y postconsumos, complicaciones derivadas, materiales necesarios, disposición del espacio, etc.), no son las únicas que lo tienen, sino que lo extienden al resto del equipo en un ejercicio pedagógico y horizontal constante. De esta manera todes podemos, en algún momento, ayudar a una compañera, escucharla y también procurarle un espacio de consumo seguro.
A partir del año 2023, hemos potenciado tanto el rol de las técnicas comunitarias como el de las enfermeras en el marco de nuestro modelo de abordaje, gracias a una subvención por parte de La Caixa. Esto ha permitido construir lazos sociales fuertes que resultan mucho más efectivos que el asistencialismo y la medicalización de antaño, abriendo paso a un modelo vanguardista que hace uso del ya mencionado ‘engranaje de iguales’ y de la reducción de daños de espectro completo: reducimos los riesgos del consumo al igual que las brechas sociales, económicas, políticas e individuales que nos mantienen segmentadas y distantes, para que todxs habitemos un lugar donde seamos cuidadas, acogidas y valoradas sin criminalización, sin prohibición y sin violencia.