El pasado 8 de marzo –una fecha muy significativa–, Marianne Brull nos dejó a los 87 años tras una vida llena de aventuras. No será de extrañar para quién la conozca que, incluso después de eso, haya seguido haciendo la revolución.
Recientemente, se ha cumplido una de sus últimas voluntades: que una vez ella no pudiera hacer uso de su piso del Poble-sec, este pasara a formar parte de un proyecto antiespeculativo y de la economía social y solidaria. Y aquí es donde entramos nosotrxs, las Metzineres, que nunca nos hubiéramos podido imaginar disfrutando algún día de un espacio como este, donde vivió una de las figuras más importantes de la histórica editorial Ruedo Ibérico –desde donde Brull publicaba y distribuía libros censurados por el franquismo junto con otros compañeros como José Martínez Guerricabeitia.
El Poble-sec para Marianne fue como el Raval para las Metzineres. Ella siempre estuvo muy vinculada tanto con el barrio como con las problemáticas que sufrían sus vecinas. Fue socia del Ateneu Cooperatiu de La Base y también se hizo socia colaboradora de Coop57, Marinaleda y La Borda. Y, en 2019, contactó con La Dinamo –una fundación que nació el 2016 con el fin de promover el modelo de vivienda cooperativa y de convertir patrimonio privado en vivienda no especulativa dándole un uso social– para plantear la posibilidad de ceder su vivienda.
Su idea era que la Fundación gestionara su legado y este revirtiera en el barrio de Pueblo-seco bajo los principios de autogestión y cooperativismo, planteando, a la vez, la necesidad de mejorar su situación económica. Después de encargar un estudio a FGC abogados para establecer si jurídicamente era posible realizar una acción de este tipo, se acordó que era viable que La Dinamo recibiera el inmueble de la Sra. Requesón a cambio de abonarle una renta anual y vitalicia. Así, la Marianne consiguió complementar los ingresos de su pensión con una nueva renta, manteniendo el derecho a usar la vivienda.
Fue La Dinamo quién, hace unos meses, se puso en contacto con Metzineres para establecer un convenio de colaboración a través de la cesión del inmueble durante 5 años. Hasta ahora, la sede de Metzineres ha estado en el barrio del Raval, donde llegan entre 35 y 50 mujeres y personas de género diverso cada día que difícilmente entran o se adhieren a otras redes de atención sociosanitaria y que a menudo se encuentran excluidas de servicios especializados tanto en drogas como en violencias machistas. Nuestro local de poco más de 100 metros cuadrados, sin embargo, a veces se nos queda pequeño y no nos permite procurar la tranquilidad e intimidad necesarias para las participantes.
Es por este motivo que la propuesta de la Dinamo llegó en un momento clave, puesto que desde hacía un tiempo estábamos recibiendo la petición por parte de las participantes de tener un espacio en el cual poder recibir acompañamientos más individualizados, esenciales para la mejora de su bienestar. Estamos seguras que Marianne, una mujer que, como nosotrxs, tampoco pedía permiso y siempre intentaba avanzarse a sus tiempos, estaría contenta y orgullosa que su casa pueda suponer un gran respiro para nosotrxs.
Ahora, este piso se rebautizará con su nombre como 'Casa Marianne' para hacerle honor, y desde Metzineres nos implicaremos con mucha ilusión para convertirlo en uno Entorno de Derechos donde nuestras participantes tendrán acceso al acompañamiento de trabajadoras sociales, psicólogas, abogadas... para abordar los impactos legales, estructurales y psicológicos de las violencias a las cuales se encuentran expuestas día a día. Al mismo tiempo, este rincón del Poble-sec permitirá que desde la cooperativa continuemos desarrollando un trabajo de base comunitaria, tejiendo alianzas con diferentes entidades y proyectos comprometidos con la economía social y solidaria más allá del barrio del Raval.